sábado, 19 de febrero de 2011

Un Estilo de Vida Comprometedora (Parte 1)

Ser prostituta no es algo que uno tenga planeado, algunas lo hacen por placer y otras por necesidad y este es mi caso. Después de un tiempo de vivir sola en mi departamento (no piensen que es un gran departamento pero se puede vivir bien ahí) me di cuenta que para mantenerme y seguir pagando el alquiler tenía que encontrar un empleo, pero ya que no tienes experiencia y un título las opciones quedaban muy reducidas y bueno como dicen “la salida fácil y rápida es la que uno escoge en estos casos” tuve que elegirla también, así fue como empecé en esta profesión.

Eso de que dicen que tienen que ser baratas y aceptar que las traten mal es muy falso, no que me gustara esto pero aprendí a vivir con ello y bueno disfrutar un poco, tenía mis clientes selectos y algunos muy especiales, muchos me querían más de una noche o hasta meses pero solo los afortunados clientes especiales podían tener ese privilegio.

Después de una ardua noche de trabajo el día siguiente yo lo tomaba libre para disfrutar un poco y no pensar solo en cobrar y hacer disfrutar a los demás y así fue como conocí a Adam en uno de mis famosos días de descanso.

Estaba en la discoteca de siempre, pasando el rato y después de haber ignorado y rechazado muchas invitaciones de baile y de otro tipo me encontré sentada en la barra junto a él, pedí lo mismo de siempre, me puse a mirar el ambiente y las personas que estaban a mi alrededor en ese momento alguien me empieza hablar pero no logro entender nada y si es conmigo, me giro hacia donde creo que proviene la voz y lo veo. Un hombre apuesto, ojos claros, mirada profunda y preocupante, cuerpo musculoso que te sentirías muy abrigada en sus brazos y todo lo demás solo de imaginarlo mi cuerpo reaccionaba instintivamente.

-Aquí tienes lo que me pediste, Diana- me saco de mi ensoñación Hugo, el bar tender.

-Gracias.

Después de tomar un trago de mí bebida alzo la mirada y me encuentro con sus ojos fijos en mí, no me extraña que las personas me miren pero el tenía una mirada seductora hasta podía decir que animal y eso fue lo que me congelo jamás había visto esa mirada en un hombre y menos dirigida hacia mí así que qué otra cosa podía hacer que mirarlo y deslizar mi lengua por mis labios en ese mismo momento marque mi sentencia con ese hombre, no hubo palabras solo rápidos movimientos un segundo estaba sentada y al segundo siguiente estaba apoyada contra una pared en el sitio más oscuro y vacio que podría imaginar me levanto a horcadas y solo escuche el rasgar de mi ropa interior y el abrir de una cremallera, esto no era muy común en mí aunque soy lo que soy pero no podía desaprovechar la oportunidad con este hombre al principio solo sentí que me estaba tentando y no había tiempo para eso así que acerque mis senos a su pecho y empecé a moverlos para que se acariciaran entre ellos no tuve que esperar mucho para que el reaccionara y me diera lo que quería se alejo un poco más y de esa manera me empujo hacia la pared al mismo tiempo que me penetraba con todo su pene, me sentía llena y colmada en todas partes no podía respirar de lo bien que se sentía pero quería más y pueden estar seguros que no podía quedarme quieta, me movía de arriba hacia abajo tratando de meterlo hasta el fondo y tratar de sentirme extasiada, me zurraba más por la pared para tener más fricción al mismo tiempo el me agarraba por los muslos y me apretaba y me pegaba más a él sentía todos los músculos de mi cuerpo alerta solo esperando el gran momento jamás había sentido algo así con alguien y no es por nada pero había estado con muchos esto era algo nuevo para mí y no podía dejar escaparlo así, lo bueno es que sabia una forma que podía enloquecernos a los dos y estaba muy dispuesta a probarlo fui bajando un poco la velocidad pero haciendo un movimiento circular y al mismo tiempo apretando un poco la vagina para que se sintiera atrapado y dio resultado la técnica gruño en respuesta y en ese momento fue que escuche por primera vez su voz.

-Hazlo de nuevo- gruño de vuelta, no iba a hacer lo contrario y de esa manera lo hice de nuevo pero un poco más rápido sabía que estaba cerca del clímax pero quería más y nadie me iba a impedir que lo tuviera apreté más fuerte mis piernas a su alrededor y me acerque más la fricción era más fuerte y más rápida en el ultimo apretón sentí el estallido tanto en él cómo en mí, fue increíble yo no lo podía creer tuve que apoyar mi cabeza en su hombro para poder recuperar la respiración y el también tuvo que apoyarse, sentí su agitación y su aliento en mi hombro, era fantástico como se sentía y no podía ni quería apartarme de él.

Dos semanas después…

Una de las cosas que me gustaban de los clientes especiales es que los invitaban a muchos eventos entretenidos como al que nos dirigimos ahora, un baile de disfraces a beneficencia, William es un hombre mayor pero atractivo que no aparenta la edad que tiene a pesar de los que muchos creen sobre que me acuesto con él es totalmente falso, él me respeta mucho y solo me invita como dama de compañía y la pasamos muy bien, pero esta vez algo iba a ser diferente.

Al llegar al gran salón lleno de gente, de luces, muy buena música nos acercaron a nuestra mesa y solo una pareja estaba sentada en ese momento, yo seguí recorriendo el lugar con la mirada hasta que me tope con unos ojos que tenían una mirada que conocía muy bien, ya que desde hace dos semanas llevo soñando con ella, no podía creer que estuviera aquí y al parecer también me reconoció ese hombre me ponía nerviosa estando tan lejos no podía creerlo y al verlo acercarse a nuestra mesa me ponía más nerviosa pero no podía apartar la mirada.

-Buenas Noches, Sres., Sra., Srta., y se sentó a mi lado. William estaba entretenido hablando con el Sr que estaba a su lado así que yo no podía hacer nada solo tratar de disimular mi nerviosismo y seguir inspeccionando el lugar hasta que una voz muy cerca de mi me hablo.

-Mucho gusto Srta. mi nombre es Adam- no podía hacer más nada que contestarle

-Mucho gusto Adam, mi nombre es Diana- le conteste con una sonrisa.

-Hermoso nombre pero mucho más hermosa es la persona que lo lleva- podía derretirme en ese momento y no me importaría pero antes de poder contestarle algo o decirle cualquier cosa la Sra. Rivas se metió.

-Adam, me da gusto que hayas podido venir, ¿cómo están tus padres y tu hermana?

-Muy bien gracias por preguntar, Adriann, ahora están de vacaciones y mi hermana terminando la escuela.

-Cierto, Sara se gradúa este año y qué piensa estudiar en la universidad?

-La última vez que hablamos seguía queriendo estudiar para Diseñadora de Modas- ahí fue donde metí la pata.

-¿De verdad? A mí me encantaría estudiar eso también-.

El me miro con una sonrisa pero la Sra. Rivas no le gusto que me metiera en su conversación así que me tiro una pulla sutilmente.

-Qué bueno que alguien si pueda conseguir su sueño.

Ella estaba muy equivocada si creía que se la iba a dejar pasar pero antes de que pudiera contestarle William se me adelanto.

-No te preocupes Adriann que Diana también conseguirá hacer su sueño realidad para que crees que estoy yo aquí-. Aunque le agradecía a William por lo que hizo solo con ver la mirada de Adam creo que malinterpreto sus palabras pero no podía decirle nada ni tenía que hacerlo ya que él y yo no éramos nada y solo habíamos tenido sexo una vez y no lo había vuelto a ver hasta ahora con eso la Sra. Rivas se quedo callada.

-Diana, voy a salir un momento con algunos socios no demoro mucho.

-No te preocupes William, voy a estar bien- le dije con una sonrisa.

Cuando me gire de nuevo me pude dar cuenta que todas las personas de la mesa habían desaparecido, bueno no todas todavía quedaba Adam a mi lado.

-Entonces, ¿que eres?

-No te entiendo.

-La noche que te conocí parecías una chica normal solo en busca de sexo pero ahora viéndote aquí, ya no pareces solo una chica normal.

-Ah, no… entonces que parezco según tu

-Bueno tenemos dos opciones, entre simplemente una dama de compañía o una prostituta.

Que él lo dijera parecía como si tuviera mal y que estuviera sucia pero aparte esos pensamientos de mi cabeza, que me importaba lo que pensara él de mí al final ya había tenido sexo conmigo y gratis.

-Puede decirse que soy las dos cosas.

-Mmmm, interesante. Así que podría decirse que te debo por la noche que tuvimos.

-Podría ser verdad, pero esa noche estaba libre.

-Tienes noches libres, jamás había escuchado de eso.

-Todas las personas necesitan un descanso, trabaje en lo que trabaje.

-En eso tienes razón y más si se dedica a lo que tú te dedicas.

-Puedes estar seguro de ello.

Me estaba sacando de quicio que le importaba lo que hacía y lo que dejaba de hacer pero yo no iba a conseguir nada poniéndome así.

-Y cuál es tu precio

-Perdona?- en verdad me estaba preguntando eso.

-Cuánto cuesta pasar una noche contigo o un día como mejor te parezca

-Me estas preguntando en serio sobre esto.

-Claro, si quisiera ser un cliente tuyo ¿cuánto tendría que pagar para tenerte para mí solo durante un tiempo y de cuánto tiempo estaríamos hablando?

Dios me iba a matar este hombre, pensé que iba a salir huyendo o algo por el estilo pero que me preguntara esto no se me pasaba por la cabeza pero si quería jugar por mí no habría problema.

-Solo atiendo un cliente por noche y como te dije el día siguiente lo tomo libre dependiendo de lo que haremos va subiendo el precio.

-Me dices que si yo quiero algo en especial tú lo harías con gusto

-Depende de lo que sea.

-Interesante… pero hablemos en general algo común y corriente cuánto costaría.

-500 dólares, si es algo como esta noche que necesitas compañía para alguna fiesta subiría.

-Por supuesto. Y el vestido y tu arreglo corren en una cuenta aparte

-Por supuesto- le sonreí

-Entiendo.

Pensé que hasta ahí lo iba a dejar pero jamás me imagine lo que me dijo después

-Apártame la noche que sigue, quiero estar contigo- me dijo serio.

-Que!!!

Deslizo su tarjeta por la mesa hasta mi mano.

-Llámame para darme los detalles.

Y con eso se puso de pie y desapareció yo no podía creerlo seguro que mi cara demostraba el shock en el que me encontraba ya que William al regresar me pregunto si estaba bien y solamente pude asentir.

Al regresar de la fiesta y haberme cambiado no podía dejar de jugar con la tarjeta de Adam le daba vueltas y creo que prácticamente ya me sabia todos los números, nombres y direcciones que aparecían en ella, no sabía qué hacer pero de algo estaba segura me moría por tener otra noche como la que tuvimos hace dos semanas atrás que podía perder pero mañana lo haría, hoy solo iba a dormir.

Despertar de esta manera era frustrante, soñar con todas las cosas que Adam podría hacerme y yo a él era tan excitante que me estaba muriendo estaba segura que ya no iba a poder dormir más así que me levante me di un baño y salí a correr para descargar toda esta energía acumulada después de dar un par de vueltas por el parque regrese al departamento me hice el desayuno y comí tranquilamente pero la tarjeta seguía burlándose de mi ahí donde la había dejado anoche, ahora me preguntaba qué hora sería conveniente llamarlo y si él estaría ocupado o esperando mi llamada, a que teléfono llamar al directo, al celular o a recepción, esto era horrible jamás me había pasado algo así se me vino a la cabeza que sería un error hacer esto pero al final ganaba el deseo antes que cualquier otra cosa.

Al mediodía por fin tome la decisión de llamarlo, cualquier cosa que pasara ya vería como salir de eso pero por ahora no importaba mucho y lo llame al teléfono directo.

-Bueno- contesto en tono serio.

-Adam, es Diana.

Al siguiente instante cambio el tono de la voz.

-Me preguntaba a que hora ibas a llamarme o si iba a tener que conseguir tu teléfono para llamarte yo.

-He estado un poco ocupada, por eso no había llamado antes.

-Lo bueno es que lo hicistes, así que como hacemos.

-Que es lo que realmente quieres de mí?

-Por ahora experimentar de nuevo lo que sentí cuando estuvimos juntos.

Yo también quería experimentar eso y mil cosas más.

-Donde quieres que sea?

-Puedo yo elegir el lugar?

-Claro, solo dime donde

-Que te parece el Hotel Richmond a eso de las 8 de la noche, podemos cenar primero y después subir a la habitación.

-Me parece bien.

-Lo que quiero que te pongas donde te lo hago llegar.

-Perdón?

-Me dijistes que el vestido corría en otra cuenta y tengo algo en mente que quiero que uses puedo mandar a mi mensajero que te lo lleve a donde sea.

Dios, este hombre me iba a matar estaba segura.

-Esta bien, apunta mi dirección- y se la di aquí creo que va mi primer error

-Listo, lo más probable es que te llegue como a las 4 de hoy si hay cualquiera demora te avisaría, este es tu número donde te puedo localizar

-Si, llámame aquí- aquí vemos mi otro error.

-Estoy esperando ansioso que sea mañana para verte y… probarte- lo dijo en un susurro estaba segura que si no hubiera estado sentada mis piernas no me hubieran aguantado, este hombre sabia lo que hacia.

-Lo mismo digo- y le corte no iba a poder aguantar más si seguía hablando así.

Me entretuve haciendo algunos quehaceres para no pensar en él ni en el mensajero que no llegaba pero a las 4:15 oí un golpe en la puerta y fui a ver, ahí estaba un muchacho con una enorme caja y una bolsa.

-Paquete para la Srta. Diana.

-Si, soy yo- lo deje pasar porque se veían pesadas las cosas

-Puede dejarlas ahí, gracias.

Le iba a dar una propia pero la rechazo y se fue. Ahora tenia miedo de abrir la caja por lo que me podía encontrar ahí, así que seguí haciendo mis cosas pero al final no pude ignorar mucho tiempo los paquetes ya que me llamaban. Me acerque y me puse a inspeccionar primero la bolsa, había una cartera de noche muy bonita y unas sandalias altas ya era hora de abrir la caja así que lentamente levante la tapa y quite el papel y un sobre que había encima, había un precioso vestido negro con un generoso escote y espalda afuera, venía con su estola a juego y al final estaba la ropa interior y la liga que quería que usara. Me pregunto como pudo saber mi talla de todo esto y más de las sandalias, lo bueno es que no tenía mal gusto. Después recordé el sobre que saque primero el cual tenia mi nombre, lo abrí y leí lo que decía:

Espero que te gusten las cosas que escogí pensando en ti
me muero por verte usando el vestido pero con lo que
mas quiero verte puesto es con la ropa interior, las ligas
y las sandalias con solo eso me harás el hombre mas feliz.
Estoy contando las horas para que sea mañana, poder
verte y estar juntos de nuevo. Adam



2 comentarios:

jenik dijo...

oooooooohhhhhhhhhhh !!!!! otra vez me dejas sin palabras , muy bueno

Anónimo dijo...

No me canso de leer esto :D